Después de despedirnos de la quesería Quevedo, nos vamos a toda prisa ya que llevábamos más de una hora de retraso lucia y yo para quedar con Abel, el todo en esta quesería, un joven con unas ganas locas de hacer cosas y con un respeto y pasión increíble, que lo aporta a todo lo que hace, quesos espectaculares elaborados una forma tradicional y con muchísimas ganas de seguir haciendo cosas.
Quesería Monte Queso es una quesería vallisoletana, con un gerente joven pero con más sapiencia que muchos de los que me he encontrado, un buen tío de Villanubla, si, donde está la cárcel y el aeropuerto de Valladolid, a parte de estas cosas ahora para mi es el pueblo donde está esta grandiosa quesería artesanal.
Cinco generaciones están detrás de estas formas de hacer las cosas, sus padres fueron los que la trabajarlo y gestionaron para poderla convertir el sustento de su familia y Abel es el que a otorgado un carácter propio a sus quesos y para mi el que ha hecho que sus quesos tengan todos esos premios y reconocimientos tanto a nivel internacional como nacional.
Nos damos el codo, como es costumbre con el tema del Covid y comenzamos a visitar la quesería, un lugar impoluto donde se respira tradición y buen hacer, dentro de una limpieza que me dejo sorprendido, un olor espectacular recorre todos los lugares de la quesería y un anfitrión que nos explica a mí y a lucia con una pasión increíble lo que hace y como lo hace, pero ves cómo se ilumina su cara cada vez que lo preguntas algo, cada vez que te cuenta algún secretillo que te dice como mejorar sus quesos y como hacer cada día mejor su trabajo.
Pregunto por el queso que más orgullo tiene y sin dudar un momento me dice que el PATA MULO, un queso rectangular, complicado de elaborar y no muy común en esta zona del país, se queda la cosa sin más hasta que al llegar a la tienda donde recibe a los clientes le recuerdo que me dé a probar dicho queso, y como no, normal que sea la joya de la corona, un queso con un potencial brutal, tanto para la cocina como para comerlo sin más con un cacho de buen pan, textura suave pero con un potencial brutal en sus sabores.
Después de esta delicatesen me paso a los otros quesos que tiene de evocación artesana y como no, saben a queso de verdad, a ese queso de antes a un queso que te trasciende a los años 80, a la calidad de la alimentación y a una forma de trabajo que no es muy lógico de encontrar ahora mismo, ole por Abel, ole por sus padres y ole por sus quesos, una quesería a tener en cuenta tanto a su gente como a sus productos.
Tres distintos quesos para poder probar lo que es bueno, queso de oveja semicopado, queso de oveja curado, queso de oveja viejo, todos ellos espectaculares, con una forma única de trabajar que le dan 5 generaciones de profesión.
Este proyecto lo estamos haciendo mi hija lucia y yo, mi hija tiene 15 años y un síndrome de Down pero es la catadora oficial en nuestros viajes a las queserías y este le gustó muchísimo el queso de oveja semicopado, hoy aremos una cata con Cristóbal, genio y figura, a ver qué es lo que el opina de estos quesos.
Por ultimo agradecer a Abel su tiempo y sus ganas y recomendar a todos que probéis estas maravillas de la gastronomía castellana, otro queso que no te puedes perder.